Ayer me la encontré dentro de la kasika (lugar de reunión con los colegas)
fue algo extraño porque apareció en una pared, al lado de la puerta, como si tuviera miedo a entrar. Se quedó ahí medio escondida, como sino supuera que la habíamos visto, sigilosa compañera. Nos dimos cuenta que ella había estado ahí todo este tiempo que llevamos dentro, tal vez los gatos le rindan culto cuando no queda ningún humano en la casa, tal vez sea ella quien la guarda. Lo que sé es que fue algo extraño verla ahí enmedio del pasillo, reflejada en un espejo que lleva a saber cuantos años de polvo y miserias por encima, pero ala vez fue algo agradable. Ninguno nos habíamos dado cuenta de su existencia y en la que la vimos fuimos como locos a buscar la explicación, a formar nuevas lunas, porque la que tenemos es creciente, queríamos una llena, pero mejor que se quede en creciente porque siempre puede ir a más. Y no se, es gratificante saber que tenemos la luna en la kasika cuando en las noches de luna nueva todo el mundo la busca sin saber que se cobija bajo nuestro techo, que dirían esos trobadores medievales si la encontraran, los enamorados románticos querrían llevarsela, pero no, es nuestra. Esperemos que aguante las navidades con nosotros.
fue algo extraño porque apareció en una pared, al lado de la puerta, como si tuviera miedo a entrar. Se quedó ahí medio escondida, como sino supuera que la habíamos visto, sigilosa compañera. Nos dimos cuenta que ella había estado ahí todo este tiempo que llevamos dentro, tal vez los gatos le rindan culto cuando no queda ningún humano en la casa, tal vez sea ella quien la guarda. Lo que sé es que fue algo extraño verla ahí enmedio del pasillo, reflejada en un espejo que lleva a saber cuantos años de polvo y miserias por encima, pero ala vez fue algo agradable. Ninguno nos habíamos dado cuenta de su existencia y en la que la vimos fuimos como locos a buscar la explicación, a formar nuevas lunas, porque la que tenemos es creciente, queríamos una llena, pero mejor que se quede en creciente porque siempre puede ir a más. Y no se, es gratificante saber que tenemos la luna en la kasika cuando en las noches de luna nueva todo el mundo la busca sin saber que se cobija bajo nuestro techo, que dirían esos trobadores medievales si la encontraran, los enamorados románticos querrían llevarsela, pero no, es nuestra. Esperemos que aguante las navidades con nosotros.
Cuando hay luna llena me pasan cosas extrañas...
ResponderEliminarCuando no hay, también. Será quizás los permanentes polvos cósmicos dispersos en el aire :)... o no