Hoy, llueve. Veo caer las gotas a través del cristal y escucho el sonido que producen contra el asfalto, contra los coches que hoy, esta noche, parecen pasar veloces. También se escucha el sonido que algún que otro peatón despistado espeta al pisar un charco más grande de lo normal.
Hoy llueve, pero sonrio al saber que se está llevando consigo un par de meses de suciedad incrustada en las vestiduras de mi coche, que aparcado delante de mi casa suspira aliviado del peso que le están quitando.
Cuando salí hoy de Sanvi vi una nube colosal que no siendo tan negra como me esperaba tapaba más allá de cuanto veía, a esta nube la acompañaba un frío tremendo, ese frío que sale en televisión y que viene acompañado de grandes nevadas que dejan una estampa navideña y hace que al espectador de la imagen le salga una sonrisa de oreja a oreja. Sí, pero no aquí. Aquí si hace frio lo hace sin más, sin tonterias que dulcifiquen lo que es. Frio, a secas. Y esta se presenntaba una tarde así.
Total que me pregunté qué podía hacer en estas situaciones, cual sería la solución a una tarde de bajas temperaturas, de aturdimiento y escasez de ideas recreativas, enclaustrados en cualquier lugar con temperadura agradable, paredes y techo. Puedes elegir el decorado y ambiente: lucecitas de neon y barra al lado, lucecitas de colores y barras por doquier, sofas de piel y cerveza en mano o cartas en una y cigarrito en otra, yo que sé.
Elegí las cartas y gané, sonrisas y carcajadas enteras de la buena gente que me rodeaba. Las cervezas y las luces pueden esperar.
¿Es que por allí no ponen lucecitas navideñas?
ResponderEliminar(En realidad la Navidad perdió sentido hace mucho tiempo)
Eres un ludópata... tanta póquer, tanto póquer ;)