Cartas desde el olvido (1)

Porque no quiero ni acordarme de los festivales, de las juergas nocturnas, de los líos diurnos, que empiezan en el almuerzo y acaban alas 6 de la mañana a saber donde. No quiero saber nada de feromonas femeninas, ¿no quiero?, no debo. Maldita reclusión, ¿qué hago yo un viernes noche, ya sábado en casa? Estamos locos definitivamente, O ALMENOS LO ESTOY YO. De remate o de atar, mejor dicho, porque estoy que me subo por las paredes. Veo apuntes por todas partes, locuras escritas en tinta a modo de garabato que quieren intentar significar miles de cosas. La pantalla del portátil ya no me sirve apenas más que para ver trabajos en pdf o powerpoints aburridos hasta sobarte, y no de caricias, y no de placer. Lástima no ser masoca.
Quedan pocos pasos para el sprint final, quiero cojer fuerzas, y es que el futuro es duro. Y me apetece un concierto o salir como al que más, que con este enciero poco a poco voy muriendo, poco a poco va latiendo con menos ganas mi motor. Bueno, al menos la cafeína se encarga de mantenerlo alerta y despierto que sino ni siente ni miente.
Y yo que aquí sigo en esta cárcel sin barrotes ni barreras de pincho pero que deja su puta huella. Porque ya está bien de restricciones, ya está bien de exámenes sin sentido, exísten otros métodos didácticos coño!!
Quiero dormir!! Quiero dormir!!
Pues acuéstate..a ver si al menos durmiendo haces algo productivo..