domingo, 11 de julio de 2010

Livianidad de la existencia


Cuando te sientes en lo más hondo y profundo de tu ser. Cuando sabes que cuesta volver a estar arriba. Cuando quieres estar solo y respirar, solo y respirar. Y la simple compañía de un cigarillo encendido a veces es demasiada gente a tu alrededor, con luces, sombras y recovecos silenciosos que parece que murmuran a tu alrededor. Y la ceniza, que muere lentamente al ir cayendo al suelo, desparramándose por el mundo, dejándose llevar.

Y es que en el fondo sólo somos eso. Más parte de mundo que poco a poco vamos fluyendo con él. Vivimos sin pensar en un mañana, haciendo daño a quien queremos, rompiendo sus ilusiones, viéndolos llorar. Y pensamos que no es nuestra culpa, pero qué le vamos a hacer si somos tan egocéntricos que apenas nos importa el resto de la humanidad. A veces hasta uno mismo se convierte en lo que nunca quiso. Y con queso nos las dan. Apestando el discurso del amor, alejando la lujuria repentina e invitándonos a una histeria colectiva masacrando los efluvios del cariño que hasta entonces nos sustentaban, castrando nuestros latidos, ahogando nuestro llanto. Que fría quedó nuestra cama, cuan helados nuestros corazones, tus ojos, envueltos en finas gotas de agua clamando justicia. Y esas ráfagas cortantes de viento que me descomponen los pensamientos.. sabiendo que algo hice mal, muy mal.

Lo siento

2 comentarios:

  1. y es cuando realmente te das cuenta, que no eres el único que importa.
    que esa maldita manía de evitar sufrir, se va al carajo, cuando ves con tus ojos, el dolor ajeno. Y duele mucho mas que el propio.
    No seas tan distante, y besa esas lagrimas que piden justicia. Decir lo siento... a veces, sabe a nada.

    Biquiños y el posteo fue genial.

    ResponderEliminar