miércoles, 21 de julio de 2010

Dulce castigo


Cada vez que te veo.. el alma se me cae más abajo que la punta de uno de tus tacones.. maldito castigo divino para un ateo que no cree más que en su propia existencia y reniega de los sentimientos.

Sufre como yo, y baja al mundo real. Porque todos estamos hechos de lo mismo, aunque tu huelas mejor que yo. Y si, duele, tu olor.

Dulce castigo que fueron tus besos, tus abrazos amarrándome a un fatal destino del que ya creía abandonado. A una locura transitoria de la que ya estamos más que hartos.

Disfruta de las lagunas de la duda donde ando yo cada luna, buscando una respuesta, buscando una salida.

Seguiré siendo un pobre solitario herido. Nadando en un mar de sal para purgar los arañazos del olvido..

Seguiré siemdo lo que siempre he sido..
Un triste jugador.. aunque sabes que seguiré apostando por mi..

4 comentarios:

  1. Eres un puto crack!!Muy bueno tío, aunque tengo los primeros acordes del IPod metidos en la sien!!!

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  2. Pues sí, todo un castigo ser un ateo obligado a creer. Pero lo mejor es terminar con esa reflexión en la que acabas jugando y apostando por tí. Genial.

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  3. Me ha encantado esta entrada, de principio a fin...
    Un saludo Juan Carlos!!

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