y por las noches volver a cambiarnos las estrellas que soñamos que eran nuestras
ellas que nos miraban bajo aquel oscuro callejón sin salida que era el firmamento, donde mis ojos se topaban con los cometas que salían disparados buscando un lugar donde pasar la noche.
y te acuerdas de esa, la luna coqueta, la que se escondia tras la cortina de humo de siempre.. joder!
para una noche que salgo y te encuentro: se me hizo de día sin darme de cuenta que me había caído al bajar las escaleras..
«Vacaciones» en Vanity Fair
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Celebré el Día Mundial de la Poesía con gratitud infinita a la escritora y
traductora Eva Gallud, que recomienda mi poemario «Vacaciones» en este
artícul...
Hace 2 semanas
las estrellas ya son difíciles de apreciar...
ResponderEliminartanta polución en el mundo!
los escalones siempre fueron más traicioneros que las olas y a la luna siempre le gustó jugar al escondite...
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