De verso y beso

Salen de repente de mi boca las palabras que no supieron aparecer en su momento, cuando más las necesitaba. Encarceladas entre mis dientes como princesa allá en su torre y dragón en sus confines.

Salen mudas, llenas de tintas y brío, que brinda mi mano al lápiz, teclado o lienzo que se plasma sólo ante mis ojos. Nacen mudas, carentes de todo sabor, pues mi lengua quedó junto a la tuya en aquel último combate y hasta el día de hoy no la he vuelto a ver.

Palabras que renuncia a la castidad de la ausencia de compañía. Que revelan sentimientos, que alientan corazones, pálpitos, augurios y calientan mi cama antes de dormir.

Montones de letras alborotadas en caótico orden jugando al roce, que hace el cariño, y el fuego de tus besos que me muestra el camino sílaba a sílaba, acento a acento.

Como sino supieras lo que siento, lástima de tanta tinta tonta, que sólo vale para ahogar mis penas en un tablón de madera donde escribo este lamento con este oscuro bolígrafo de ti sediento. Y estos dedos ausentes de tu pelo, y las arrugas de mi frente, también, también te echan de menos. 

Recuerda que sólo son palabras y como tal , se las lleva el viento. Pídeme hechos, que te muestre verdades y que sientas todo esto en mi pecho, así que bien vale que te cobres en besos lo que en verso se te escapa.