viernes, 25 de junio de 2010

Welcome to the world


Bienvenidos a mi mundo,
a este país sin fauna ni color,
a un lugar hostil, inhóspito y salvaje
en el que nos devoramos como
tiernos cachorros de tires aprendiendo a matar.
Bienvenidos a mi era,
la era de la globalización y del capitalismo más rudo y aterrador.
En donde sino vas montado sobre billetes y no de metro.
No eres ni serás, y no nadie, sino nada.
Bienvenidos a al mundo del placer del ejecutivo de alto standing,
al placer que da el champán, los puros y las putas de lujo.
Acérquense al lugar donde los sueños de los demás no importan
sino tienen que ver con los tuyos.
Bienvenidos al hogar del sexismo, del machismo y la xenofobia,
bienvenidos a tu peor pesadilla
al dia de las palizas a la mujer y del maltrato al crio,
a la regla de todos los días, a la regla roja
y no de selección, de dolor.
Al dolor de la muerte de una madre,
al dolor del llanto del infante y si, real, pero no de zarzuela.
Así como el dolor de barriga del empacho del magnate de turno
digiriendo dividendos dividiendo el mundo.
Y pienso que no debe ser así.
Welcome to the jungle, decía la canción.
Y es que esto parece ya más que jungla, un desierto.
Lleno de seres que ni se miran la cara al cruzarse por la calle,
tormentas de miseria que pasean a su antojo como coyotes en la noche.
Dinero abrasador que nos toca y nos abrasa por dentro, como el sol abrasa por fuera.
Y mierda, en la ropa, en la comida, en la acera, en tu vida.
Y silencio y llanto y dolor. Vaya trío más erótico,
posturas inimaginables que hacer cada noche en la cama.
Y por fin, el cigarrito de después. ¿Después de qué?
De joder. De haberte jodido mejor.
Te han dejado el culo muy abierto y no, no se va a cerrar. Nacimos ya así
aunque nuestros padres se empeñasen en que no se repitiese la historia.
Bienvenidos a mi casa, mi humilde hogar.
Perdonen las molestias, pero los abrigos no les serán de utilidad
el mendigo de la esquina los colgará en cualquier perchero.
Y si quieren gozar de la brisa del mar, sólo tienen que acercarse al mirador
observen que puesta de sol y que bonito lugar.
Miren al borbón paseándose por el parque, y ojo, ese ferrari no está recién pulido, ahora bajaremos a ayudarle. ¿Algo más?
Porque aquí estamos pa' servirle y aparte de que nos deis porculo, encima os tendremos que dar las gracias.
No señor no.
Aún te apetece venir a mi mundo?
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Digieran un chupito de realidad señores y señoras..
Después ya pueden volver a echarse a dormir..

2 comentarios:

  1. Hombre.....tal y como me lo pones me lo pensaria dos veces,pero....¿acaso tengo la opcion de rechazar la invitacion?
    Un abrazo

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  2. Si me invitas a una cerveza voy seguro.

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